martes, 31 de marzo de 2015

A ser sin estar

Te convertiste en el errante de mis pesadillas
con cierta tendencia destructiva
con noches que no te recuerdan
y con miradas que no quisieron verte.

Te perdiste por caminos que no eran los tuyos
te encontraste con miedos que nunca has sentido
con errores que no cometiste y con oportunidades
que no supiste aprovechar.

Siento que te he esperado siempre de la manera equivocada
te he imaginado a tí siendo lo que yo esperaría que fueses
y sólo has sido tú sin mí y sin lo que había imaginado.

No sólo he malgastado suspiros
sino que parte de ellos se perdieron entre tu risa
y las sonrisas que se te escapaban
cuando te olvidaste de que no ibas a volver

Y me encerraba en tus caricias
porque sentirlas es más bonito que soñarlas
y me hacía pequeñita entre tus manos
agazapándome en algún lugar de tu alma que
quisiera no abandonarme con el amanecer en las pestañas.

Y me escondía de tu falta de tiempo
congelando aquel instante por los dos
imprimiendo tus huellas en mi piel
para recordarte aún con tu respiración sobre mi espalda.

Y te pedía que me prometieras promesas
que sólo fuesemos capaces de cumplir entre los dos
como la lluvia que atrapa y sólo tiene sentido
si nos sorprende mientras la esperamos llegar

Y me impregné de tu calidez
de las mentiras de tu cuerpo
como si las palabras que no se dijeron pudiesen esconder
que la mañana nos sorprendió conmigo entre tus brazos
y contigo sin miedo

Y me derretí a medida que te escarchabas por dentro
aguijoneándome con una verdad que abandonaste
para meterte bajo mis dedos
asumiendo que me sentirías sin palabras de por medio

Y a pesar de todo, me quedo con tu ausencia.
La esperanza de que vuelvas ya no tiene fuerzas
para esperar a que me desveles que estamos destinados
a ser sin estar.

A ser amigos, sin estar juntos.





viernes, 27 de marzo de 2015

La oscuridad es hermosa a su manera

La oscuridad es hermosa a su manera.
Su problema es la luz. Dolorosa, real, hiriente.
Cuando la oscuridad te envuelve, no significa que no seas capaz de sentir nada más allá
que un profundo vacío que se cuela por todos los demás, la oscuridad, si la conoces, si la controlas,
te hace estar en paz, te hace estar segura, te da esa tregua que necesitas cuando alguien te ha cegado por completo, cuando ha venido cargado con promesas vacías hechas realidad.

Y aquí, sólo entiendes que aunque quisieras no podrías quedarte. No puedes permitir que el motivo que te hizo encerrarte en tí misma sea el mismo que te impida salir. Aquí, la soledad se vuelve necesaria, se hace intensamente cruel cuando te empeñas en llevarte contigo aquellos recuerdos que no son sólo tuyos, aunque él no los quiera recordar. Que aquí, serás capaz de reconstruirte, aunque la falta de luz te impida saber como hacerlo. Aquí aprendes a ver que todas aquellas veces que le prestastes tu piel lo hiciste con el deseo de verle cambiar, aunque tengas claro que no quieras cambiarle para hacerle diferente, sino para que asuma que su oscuridad se ha convertido en su extraña forma de sentir, a través de tragos vacíos y mañanas sin memoria.

Si te quedas por aquí, comprenderás que todos alguna vez necesitamos curarnos cuando somos capaces de aceptar nuestras heridas. Esas heridas no son más que la pérdida de la persona que nos hizo creer invencibles al mismo tiempo que se marchaba, posiblemente, para no volver. Aquí aprenderás a no creerte todas las verdades que te cuentan, a ser capaz de arriesgarte sólo por aquello que merezca la pena, y a iluminar con esa luz, que todavía no sientes, aquellos momentos que merezcan quedarse contigo.

La oscuridad es necesaria pero no es eterna. Al igual que tampoco será suficiente que el se haya marchado para tú te resignes a verlo desaparecer.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Sin todo

No puedo conformarme. Si no puedes dármelo todo prefiero que me dejes sin nada.
Sin tu voz
Sin tu mirada
Sin tu olor
Sin tí, sin mi
Sin todo
Puedes llevártelo para vendérselo a cualquiera que no quiera comprarlo.
Y seré entonces esa persona que se cree libre atada a un sentimiento que nunca fue de nadie.
Como lo de encadenarse a un instante como si fuésemos a ser capaces de superarlo.
Esto es como la pesadilla que se convierte en realidad y empieza haciéndote ver que todo lo ganado se va a perder, y que ya da lo mismo ganar a que te pierdan. Y termina haciéndote creer que incluso él tiene solución.
Que da lo mismo si fue por falta o por exceso, que seguramente fue de más a más y por eso nunca podré sentir que te fuiste por menos.
No fuiste tanto.
Sería el momento, la inmensidad de las ganas, la intensidad de lo prohibido, la espera que llegó y nunca nos perteneció.
Sería el miedo, el frío, el hacerme realidad a mi antes que a tí, después de todas aquellas veces que pudieron ser y casi fueron.
Sería yo entonces, porque tú no fuiste tanto y sin embargo la que se sintió a poco fui yo.

martes, 24 de marzo de 2015

Sólo tengo miedo...

Ojalá sólo pudiese recordarte a través de imágenes. Tú siendo real conmigo. Tú siendo tú conmigo. Tú siendo sólo tú. Si fuese así, podría aceptar que pasaste en mi vida dejándome momentos inolvidables pero con la posibilidad de poder dejarte marchar con el paso del tiempo.
Esto duele, ¿Sabes?, porque contigo nunca he sabido cómo te recordaría al final de nuestro viaje, si sería capaz de envolver todos nuestros recuerdos en una parte de mí que aceptaría que nunca volverías o si sólo me autoconvencería pensando que si te hubieses arriesgado hubiésemos sido lo que muchos buscan ser con la persona equivocada.

Tengo claro que tú eres mi persona equivocada y por eso se que lo efímero que vivimos se ha convertido en mi pequeña eternidad.

No sólo te veo a través de imágenes, sino que tengo tu sensación por todo mi cuerpo, como si tuviese recuerdos adheridos a la piel que juegan conmigo para hacerme sufrir, para demostrarme que estoy enamorada de esa parte de tí que nunca me pertenecerá y que ni tan siquiera tú conoces.

Tengo la absoluta certeza que tu parte más vulnerable se ha escondido debajo de capas de invulnerabilidad y sombras, porque ¿te cuento un secreto?, me perteneció aquella noche, y lo supe, y lo sentí, y lo sentimos y lo supiste, pero no quise aceptar que en el momento en el que te dieses cuenta de lo indefenso que te sentirías cuando sinteses de verdad, te encerrarías en tí mismo tan profundamente, que la única que se sentiría perdida sería yo.

Es más fácil aceptar que has huído de mí por miedo a sentir, que darme cuenta de que no estás aquí porque te abruma la inmensidad de lo que siento como si desearas que desapareciera.

Mientras que yo sólo tengo miedo a no volver a sentirme como me sentí contigo.

domingo, 22 de marzo de 2015

Ni siquiera tú podrás salvarte

Tengo miedo de perderme. De perderme dentro de esta ilusión que creaste dentro de mí y a la que yo me agarro por miedo a que se desvanezca al mismo tiempo que lo estás haciendo tú. Porque aunque sabía que serías mi perdición, nunca imaginé que quisiera abandonar mis sueños con el único propósito de amarrarte a un momento que sólo fue importante para mí.

Te desee de muchas formas. Todas ellas parecían imposibles y por eso podía imaginarte haciéndome feliz de mil maneras diferentes, porque aunque añoraba lo que podíamos ser, nunca tendría que preocuparme por lo que podríamos haber sido.

Pero me engañaste. Como se engañan a esas personas que saben que están siendo engañadas pero que esperan que el engaño sea una extraña forma de decir la verdad. Te quise creer tan de repente que no me di cuenta de que sólo estabas mintiéndome para no verme desaparecer. Y aunque lo hubiese sabido, habría encontrado la forma de perderme entre tus manos y tus medias verdades.

Pero aunque tenga la absoluta certeza de que seas precisamente lo que quiero, nunca podrás ser lo que necesito. Porque exigiría de tí más de lo que piensas que eres capaz de ofrecer a nadie, porque se que te pediría que compartieras conmigo todas esas ganas de ser feliz en manos de otra persona. Y te da tanto miedo ser feliz, que no te das cuenta de que el día que quieras encontrarte, ni siquiera tú podrás salvarte.

sábado, 21 de marzo de 2015

Aunque te quedes...


Parece como si me hubiese traspasado toda una vida, como si tuviese recuerdos de momentos que no han pasado pero que podían haber ocurrido, tengo la sensación de echarte de menos como si te hubieses desvanecido de un día para otro, como si hubieses desaparecido después de estar toda una vida a mi lado.

Tengo la sensación de haberte vivido más de una noche.

Has arrasado conmigo como si fueses un huracán, te has llevado contigo todas mis esperanzas, mis sueños y cualquier posibilidad de querer a una persona que no existe. Me has llevado contigo, a ese lugar del que sólo conocía una sensación de vacío y una profunda inmensidad.

Estoy rodeada de demasiados escombros, de sonrisas hechas pedazos, de cosquillas perdidas en la oscuridad, de abrazos que nunca van a devolverme la sensación de sentirte tan cerca que podías compensar todo el tiempo que llevo esperándote para dejarte entrar, ahí donde sólo entran las personas que pueden reconquistar todas mis noches en vela.

Ahora, en este momento, podría decir que soy de todos menos de mi misma. Sólo me queda la estúpida certeza de que aunque vuelvas no voy a ser capaz de mirarte como sí fueras a quedarte. Aunque te quedes, ya no es suficiente.

viernes, 20 de marzo de 2015

Sólo queda el recuerdo de que nunca volverá a ser tal y como lo recordaba

Has vuelto sólo para recordarme porque nunca fuiste capaz de quedarte a mi lado. Renunciarte no fue fácil. Tampoco aceptar que nunca serías capaz de hacer de mi alguien imposible de olvidar.
Nunca fui valiente, porque luchar por tí hubiese significado arriesgarme hasta el punto de convertirme en aquello que tu esperaras que fuese, y yo entonces había aprendido a alejarme de personas como tú, que me hacian experimentar la sensación de que podía abandonar todos mis sueños con la estúpida intención de que pudiésemos llegar a ser más que una mirada perdida del pasado. Odio mirar el paso y ver qué formas más parte de él que de mí.
Te encuentras demasiado lejos ¿sabes?, tanto que aunque quisiese alcanzarte no sabría como hacerlo, ni siquiera por donde empezar a buscarte. Y eso me entristece, tanto, que prefiero pensar que sólo estás lejos de mi porque si estuvieses cerca sería más insoportable todavía. Como si me hicieses un gran favor. De esos que se necesitan para que las cosas funcionen, con o sin sentido.
Nunca te excluí del todo, deje las ventanas bien abiertas porque aunque nunca fuiste nada, hubieses llegado a ser más que todo lo que había conocido hasta que me encontraste. He soñado demasiado con nosotros, haciéndome ver el mundo como si aún me quedase más por vivir que por sufrir, recordando que nunca nos perteneceremos, nunca nos recordaremos, juntos, como si hubiésemos sido realmente importantes.



Y ahora , aunque no lo recuerdes, te alcancé. Se que no puedo conformarme con esa pequeña parte que me das de tí, nunca será suficiente, ni tampoco el hecho de que ya no podamos recuperar todas aquellas partes que perdimos sin darnos cuenta, ahora sí que siento que te he perdido de todas las formas más insoportables posibles, ahora sí que me has perdido de verdad.